domingo, 16 de febrero de 2025

Nangaa, un corrupto para liderar el más poderoso grupo armado congoleño

Quien siga las imágenes de los trágicos acontecimientos de estos días en el Este congoleño, la toma de la ciudad de Goma, las celebraciones de los rebeldes victoriosos, su baño de masas -voluntarias o forzadas- en el estadio, identificarán enseguida a uno de sus líderes si lo describimos con barba blanca y un uniforme que, además de quedarle estrecho, parece más bien el disfraz de un civil que acudiera a una fiesta. Estamos hablando de Corneille Nangaa, líder de la Alianza del Río Congo (AFC, Alliance du Fleuve Congo), un movimiento político-militar en el que se engloba la milicia del M-23.

Tras un breve pero ruidoso paso por la política congoleña, Corneille Nangaa pareció esfumarse tras salir de la RDC (República Democrática del Congo)... hasta que un día de diciembre de 2023 apareció en un hotel de Nairobi para presentar la AFC y a sí mismo como su líder, convirtiéndose en el mayor revolucionario de los últimos tiempos... Queremos liberar todo el Congo, proclamó meses después, tras tomar la ciudad de Goma.

Pese a todo, y ese todo es su participación en actos multitudinarios, frases grandilocuentes y su pavoneo con casco y chaleco antibalas en una ciudad completamente tomada por los rebeldes del M-23, hay muchas cosas que contar sobre Corneille Nangaa que lo alejan de un líder libertador.

CORRUPCIÓN COMO RESPONSABLE ELECTORAL

Corneille Nangaa, licenciado en economía por la Universidad de Kinshasa, comenzó a trabajar en el ámbito electoral en 2004 como supervisor técnico nacional en la CENI. La CENI es la Comisión Electoral Nacional Independiente, un organismo autónomo que organiza y supervisa las elecciones en la RDC. Nangaa fue ascendiendo en la organización hasta que en 2015, con elecciones presidenciales y generales a la vista, se convirtió en su presidente. Como tal, inició una carrera de corrupción durante la que él y otros funcionarios de la CENI se embolsaron millones de dólares, con robos a la Comisión que provocaron incluso retrasos durante el proceso electoral de 2018.

Creó una red de empresas fantasmas para malversar fondos. Junto a otros funcionarios utilizó dinero de la CENI para realizar compra venta de gasolina y quedarse con los beneficios. Esta detracción de fondos provocó que en la provincia de Kasai muchos votantes no se pudieran registrar para ejercer su derecho al voto. Consiguió un descuento sobre el gasto presupuestado para el combustible de las oficinas de la CENI pero este organismo siguió pagando lo presupuestado y la diferencia fue a los bolsillos de Nangaa y otros funcionarios, quizá los mismos que, siguiendo sus instrucciones, inflaron en 100 millones de dólares los gastos electorales (apuntes de compra de máquinas de votar por muchísimo más de lo que habían costado) fabricando facturas falsas y, de nuevo, repartiéndoselos entre el presidente y otros funcionarios.

PARTICIPACIÓN EN FRAUDE ELECTORAL

En 2016 debían celebrarse elecciones generales y presidenciales. A estas últimas, por Ley, el presidente de entonces, Joseph Kabila, no podía presentarse al haber agotado los dos mandatos constitucionales... pero hizo todas las triquiñuelas posibles para poder presentarse. Éstas acabaron celebrándose dos años después, en parte gracias a las decisiones de la Corte Constitucional en la que algunos de sus jueces fueron "untados" con dinero que Corneille Nangaa sacó ilegalmente de la CENI.

Con un panorama electoral abierto, Corneille Nangaa fue cambiando de "caballo ganador" según avanzaban los acontecimientos. Con parte del dinero sustraído en la CENI apoyó la campaña electoral del presidente Kabila, cuando había atisbos de que volvería a presentarse como candidato y con grandes posibilidades de ganar. Cuando Kabila tuvo que dejar la carrera electoral, participó en el denunciado fraude por el que Félix Tshisekedi salió como triunfador de las elecciones pese a que su rival Martí Fayulu obtuvo muchos más votos que él, como denunciaron la Iglesia Católica y otros observadores independientes.

Recientemente, el propio Nangaa, henchido por la toma de Goma, reconocía su implicación en que Félix Tshisekedi fuera presidente de la RDC, y lo utilizaba, además, para justificar su liderato en la AFC: nunca ganó las elecciones (...)  si yo creé el monstruo, creo que me corresponde a mí deshacerlo.

Obviamente, Nangaa no cometió estos fraudes gratuitamente y esperaba una recompensa de Tshisekedi en forma de cargo público cuando llegara a presidente. Pero al no existir esa recompensa, además de crear un partido para presentarse él mismo a presidente en diciembre de 2023, desveló un pacto secreto entre Kabila -que no se había podido presentar- y Tshisekedi -que había ganado fraudulentamente- antes de publicarse los resultados finales y que establecía una tutela del primero sobre el segundo cuando ejerciera el cargo. Por supuesto, Corneille Nangaa fue uno de los autores de ese pacto.

Tras esa denuncia afirmó haber recibido amenazas del presidente Tshisekedi lo que le hizo abandonar la RDC y desaparecer, hasta su puesta de largo como presidente de la AFC.

SANCIONES Y CONDENAS

Las actividades de Corneillle Nangaa le han merecido sanciones como las del Tesoro de EEUU, que lo relaciona con el retraso electoral de 2016 y que como líder de la AFC ha congelado sus activos en el país norteamericano y prohibido a  empresas y ciudadanos comerciar con él. La Unión Europea, por su parte, también congeló sus activos y le prohibió ingresar en sus fronteras, tanto por violaciones de los derechos humanos como por obstrucción electoral. En la RDC fue condenado a muerte en un juicio en el que, obviamente, no estuvo presente.

PROTAGONISTA DE UNA FARSA

No soy el portavoz de Ruanda, declaraba el 12 de febrero en una especie de excusatio non petita... Y es que todo apunta a una farsa en la que la AFC y él son los protagonistas.

Hemos denominado a la AFC como movimiento político-militar, porque es así como aparece nombrada en todas las noticias que hablan de ella aunque es realmente complicado encontrar a organizaciones o personas que formen parte de ella además del M-23. En su presentación, el propio Corneille Nangaa la denominó la unión de todas las fuerzas políticas, sociales y militares para la reconstrucción del Estado y el retorno de la paz en la República Democrática del Congo, con lo que no sería aventurado pensar que la Alianza del Río Congo no es más que un vestido sobre el M-23 para darle un barniz político y de apoyo más allá del del régimen ruandés y desviar la atención de lo que realmente supone su lucha.

De lo que no cabe duda es de que Nangaa, pese a su protagonismo y su presencia en los recientes éxitos militares, no es más que una figura decorativa, servidor de Ruanda y sin peso en el M-23, cuyos verdadero líder es el general Sultani Makenga, un individuo extremadamente discreto. El aparente liderazgo de Corneille Nangaa ofrece la imagen de una lucha por el pueblo congoleño a cuyo frente está un congoleño, pese a la intrascendencia política y social en la RDC de éste y ser todo ello parte de la estrategia del régimen ruandés de Paul Kagame.

@CongoActual


Publicado en loquesomos.org el 21 de febrero de 2025

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