martes, 18 de octubre de 2022

Pakadjuma: no es una historia más de un barrio pobre africano

Hemos asumido como normal imágenes o noticias de hombres, mujeres, niños y niñas de raza negra pasando hambre, huyendo para salvar su vida o malviviendo en aldeas o barrios. Y por muchas historias conmovedoras que nos cuenten, parece que las hemos reducido a una que tiene diferentes capítulos. La historia que vamos a contar no es una más, porque cada historia de sufrimiento humano es diferente y, aunque fuera un poco, debería alterar conciencias, obligar a reflexionar, siquiera sea un momento, por qué pasa lo que pasa y por qué no debe seguir pasando. Más aún, si hablamos de romper prejuicios sobre África y la RD del Congo (RDC), esta historia de Pakadjuma debería servir también para darnos cuenta de que los africanos, las congoleñas y congoleños no son, por sistema ni por gusto, unos demandadores de ayuda y donaciones de nuestro Primer Mundo -que tanto les debe- sino que, siempre que pueden, saben ayudarse entre sí y no faltan personas que se sacrifican para que la gente que vive a su alrededor haga eso, vivir, no malvivir o sobrevivir.

Pakadjuma en un barrio kinois, esto es, un barrio de Kinshasa -kinois y kinoise son el gentilicio congoleño para los habitantes de la capital-. Posiblemente el más depauperado de la, posiblemente, mayor urbe del continente africano. Para conocerlo hemos hablado con una persona implicada en su día a día, en los que recorre sus calles y conoce a sus habitantes. Se trata de Éliane Kibubi, fundadora y presidenta de Fondation Pakadjuma Résilience. 


Este barrio está situado en la comuna de Limeté y tiene 20 años de existencia, cuando lo poblaron congoleños y congoleñas expulsados de Brazzaville -capital del otro Congo, el "francés"-, principalmente comerciantes de provincias del norte de la RDC. Está situada "
a menos de 20 minutos de la Comuna de Gombe, reputada como la comuna de la "alta sociedad" y la que alberga casi todas las instituciones" nos cuenta Éliane que apunta una de las más importantes particularidades de este barrio de unos 50.000 habitantes, donde "el 60% son mujeres jóvenes que viven con menos de medio dólar al día. Esta precariedad es la puerta abierta a muchas desviaciones como el alcohol y la prostitución. Estas mujeres, en su mayoría prostitutas muy jóvenes (14-17 años) no tienen educación y/o abandonan sus estudios".

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