jueves, 6 de julio de 2023

Nuestra transición energética sobre las espaldas de los congoleños

Desde que el Congo -hoy República Democrática del Congo, RDC- es Congo, sus recursos -minerales y forestales, pero también humanos y animales- han atraído la codicia de todo el que los ha conocido. Los avances del mundo desarrollado y sus "fiebres de recursos" han costado caro al pueblo congoleño que lejos de poder vivir en un país rico que les ofreciera vidas dignas, han sufrido explotación, masacres y miseria a manos de quienes lo han saqueado a lo largo de su Historia. Desde la esclavitud, la matanza de elefantes para conseguir marfil, la despiadada explotación del caucho, etc. etc., el mundo se ha desarrollado en buena parte sobre el sufrimiento y la sangre de congoleños y congoleñas.

Ahora, nuestro mundo desarrollado, desarrollado en buena parte a costa de "otros mundos" y de un daño irreversible al planeta, pretende remediar o frenar los efectos del consumo privilegiado en el que ha vivido y vive y ha lanzado una transición energética y ecológica que, una vez más, necesita materiales de los que no dispone o no dispone en la cantidad suficiente para realizarla. Una vez más el Congo guarda muchos de esos recursos imprescindibles para la transición energética y ecológica del Primer Mundo, y los guarda, en algunos casos, en gigantescas cantidades. ¿Una vez más el Congo tendrá que maldecir sus riquezas?

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