sábado, 16 de octubre de 2021

¿Cómo puede vivir un millón y medio de personas sin electricidad?

Eso es lo primero que pensamos cuando empezamos a conocer las noticias que vamos a comentar aquí. En nuestro Primer Mundo es inconcebible, al menos en la actualidad, que una ciudad con tantos habitantes como Barcelona -sin su área metropolitana- esté recibiendo un suministro que cubre el 10% de sus necesidades. Si esto nos puede sorprender, lo que nos cuesta es imaginar como pueden vivir cientos de miles de personas de esta manera cuando en nuestras ciudades dependemos casi absolutamente de la energía eléctrica. Más aún cuando, por supuesto, sin electricidad se complica y mucho el abastecimiento de agua.

Pues esto es lo que está ocurriendo en la tercera ciudad de la República Democrática del Congo, Kisangani. Antes de nada aclarar que en Kisangani existen fábricas, hay bares, un hospital de referencia, morgue... y cientos de miles de hogares que consume electricidad a diario, eso sí, en el tercer país de África con menor población con suministro eléctrico.

La electricidad de Kisangani la suministra la central hidroeléctrica instalada en el río Tshopo y construida en tiempos del dominio belga. Inaugurada en 1955, uno de los primeros problemas que afronta su funcionamiento son las piezas de repuesto, difíciles de encontrar para unas instalaciones tan antiguas. En cualquier caso, los actuales requerimientos de energía de esta ciudad están en 36 megavatios y la capacidad original de la central era de 18 aunque, al parecer, ha sido mucho el tiempo que no ha producido más de 10. Solamente Sotexki, una importante textil de la ciudad, consume 0,5 megavatios y el bombeo y distribución del agua potable, 0,8.

La central tiene tres turbinas pero sólo funciona una, la número 2, que estaría suministrando 3 megavatios. La número 1 fue desmantelada en 2017 y llevada a Sudáfrica para su reparación. A primeros de septiembre ya se encontraba en Kisangani pero... ahora había que esperar para montarla. 

Por otra parte no es una situación que haya surgido de pronto. El mal funcionamiento de la central comenzó a producir importantes apagones desde finales de 2020 y en junio de este año un ingeniero y un periodista independiente alertaban de la situación insostenible de la central hidroeléctrica. Entonces funcionaban dos turbinas, que se paraban cada diez días y que en lugar de producir los 11/12 megavatios previstos, sólo producían 6.

¿Cómo vive mientras la población? Quien puede se apaña con generadores o placas solares mientras que los que no, se aguantan, pasando las noches en total oscuridad y viviendo en una ciudad azotada por la crisis que provoca la falta de electricidad. Algunos protestan, pocos, para lo que la situación exigiría, y los responsables de arreglarlo piden paciencia.

Consultamos: ¿es un problema de recursos o de voluntades? Y parece más lo segundo: se van poniendo parches a una situación insostenible que requiere una renovación profunda de la central.

@CongoActual


Nuestro agradecimiento a Loswire Shabani por su colaboración y la información aportada.

martes, 12 de octubre de 2021

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