jueves, 30 de septiembre de 2021

Cómo pasar de liderar un grupo armado a ser alto oficial del Ejército congoleño en pocos pasos

Aunque la base sobre la que asienta la violencia de los grupos armados del Este de la República Democrática del Congo (RDC) -122 según los últimos datos de Baromètre sécuritaire du Kivu- permanece invariable, no dejan de buscarse otras alternativas para acabar o rebajar esa auténtica guerra de baja intensidad que sufre principalmente la población civil y que se traduce en una rutina de asesinatos, violaciones, destrucción de viviendas y medios de subsistencia y una endémica miseria en medio de la riqueza natural.

Un sistema que suele dar resultados en otros conflictos armados es el de promover la desmovilización de los combatientes y su reinserción en la vida civil, los que en el Congo se denomina DDRCS (Programa de Desmovilización, Desarme, Recuperación y Estabilización de la Comunidad) Han sido muchos los milicianos rebeldes que se han acogido a ese programa y periódicamente recibimos noticias de grupos o individuos que abandonan la lucha armada, incluso con armas y bagajes. Pero la particular manera de aplicar esta desmovilización por parte de las autoridades congoleñas sumado a la falta de medios limita drásticamente los resultados.

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