miércoles, 5 de febrero de 2025

El infierno se llama Munzenze y lo han sufrido las mujeres congoleñas

En días pasados se daba el extraño caso de que noticias terribles sobre la República Democrática del Congo (RDC) se difundían por todo el mundo y aparecían en diarios y telediarios, cuando lo normal es que pasen desapercibidas, por horribles que sean. Los rebeldes del M-23 tomaban fácilmente la ciudad oriental de Goma y se abrían las puertas a una crisis humanitaria y una guerra internacional en la zona. Las noticias de combates, muertes, saqueos y demás se sucedían una tras otra pero una de ellas pasaba tan rápido que solo días después merecería, en algunos casos, la atención que correspondía a tan terribles hechos. El motín en la cárcel de la ciudad, Munzenze, ofrecía detalles de sufrimiento extremo que afectaban por completo a las mujeres encarceladas allí.

Las primeras noticias que conocimos fueron en la mañana del lunes 27 de enero: un vídeo mostraba un complejo de edificios en el que una parte ardía y del que una hilera de personas -cuando se veía en detalle, todos ellos eran hombres- huía del interior. Los combates entre rebeldes y soldados habían desencadenado un caos que aprovecharon los más de 4.000 internos que guardaba la prisión para amotinarse y huir. Esa misma mañana llegaban informaciones de que durante el incendio, cuya humareda resultaba evidente en el citado vídeo, habían muerto varias personas... casi todas mujeres, además de un niño, hijo de alguna de ellas.

La sucesión de noticias sobre la violencia que se vivía en la ciudad de Goma sacó de inmediato de la actualidad el motín y fuga en la prisión de Munzenze. No fue hasta el 3 de febrero cuando la periodista congoleña Yvonne Kapinga publicaba en su cuenta de X un espeluznante vídeo que recogía las consecuencias del incendio ocurrido en la prisión. Conteniendo el espanto era obvio que las mujeres y niños que habían muerto, en muchos casos abrasados, eran mucho mas de diez. A nuestra pregunta, Yvonne se remitía a sus fuentes: "al menos cincuenta mujeres y cuatro niños". Al menos...

El fiable medio congoleño Radio Okapi ponía poco después números muy concretos: 141 mujeres presas en la cárcel y 28 niños y niñas, hijos de éstas, que vivían junto a ellas en la prisión, murieron en el incendio... Incendio provocado durante el motín y huida. Pero no acababa ahí el horror. Días después, el 7 de febrero, la propia Yvonne Kapinga, presente en la zona incendiada y en las labores de recogida de los cadáveres, concretaba los datos: 138 mujeres y 25 niños y niñas muertas. 

Unos días antes, citando autoridades congoleñas, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, informaba de que 165 mujeres presas en la prisión de Munzenze habían sido violadas durante el motín por los presos varones de la cárcel. Desgraciadamente, en los años que llevamos siguiendo a diario la actualidad de la RDC hemos aprendido que siempre que hay un motín importante en una prisión congoleña, que el caos se adueña de una cárcel, las mujeres son violadas masivamente por los otros presos. En septiembre de 2020 todas las mujeres presas -incluso una que estaba de visita- de la prisión de Kasapa, en Lubumbashi, fueron violadas durante las tres noches en que la prisión estuvo en manos de bandas de delincuentes para, posteriormente, no recibir ningún tipo de asistencia sanitaria ni jurídica durante semanas y ser humilladas en el juicio posterior. En septiembre del año pasado, durante el largo y extraño motín en la superpoblada prisión de Makala, en Kinshasa, al menos 268 mujeres, el 80% de las reclusas, fueron violadas y llegó a citarse que una de ellas, violada por diez presos, había muerto.

Lo ocurrido hace unos días en la prisión de Goma supera aquellos horribles episodios. No es arriesgado suponer que todas las mujeres que murieron abrasadas el lunes por la mañana fueron violadas el domingo por la noche. Si el incendio se provocó para acabar con ellas o para utilizarlas para cubrir la huida posterior de miles de presos es algo que, seguramente, nunca podremos saber sobre estos monstruosos hechos. Informaciones del 7 de febrero desde la propia ciudad de Goma nos señalaban dos nuevas posibilidades: que tanto los violadores como los responsables del incendio no fueran los presos, sino combatientes venidos de fuera, como que el incendio lo provocara la caída de una bomba durante los combates por la toma de la ciudad.

Si se quiere buscar el infierno en la Tierra, seguramente hay pocas situaciones que se le parezcan más que lo sucedido en la prisión de Munzenze entre la noche del domingo 26 de enero y la mañana del 27 y lo sufrieron decenas de mujeres congoleñas y sus hijos e hijas. Seguramente lo único que no podemos permitir es el olvido, pues, aunque de nada les sirva ya, es la memoria de lo sucedido lo único que les que queda a estas 165 mujeres y a sus hijos e hijas; no podemos crear otra cruel injusticia enterrando lo que sufrieron en la indiferencia del tiempo. Tenemos que contarlo.

@CongoActual 

actualizado el 9 de febrero de 2025

Publicado en kaosenlared el 10 de febrero de 2025

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