lunes, 11 de diciembre de 2023

Las "mujeres del mañana" congoleñas empiezan a cambiar el futuro

Hablar de lo que pasa en la República Democrática del Congo (RDC), del sufrimiento de su pueblo o de las injusticias cotidianas que se viven como algo irremediable es hablar de sus mujeres y niñas y no solo porque sean la mitad de la población sino porque son ellas las que, por una parte, sostienen y empujan al país y, al mismo tiempo, las que sufren más que nadie las consecuencias de las guerras, la miseria, los abusos y la corrupción. Y si de mujeres y niñas congoleñas hay que hablar, preferimos siempre que es posible que sean ellas las que nos cuenten lo que viven y sienten. Por ello, durante este verano hemos conversado con dos activistas volcadas especialmente en las niñas que muy pronto serán mujeres o asumirán sus obligaciones: Grâce Maroy, co-fundadora de la organización Mwanamke Kesho, con sede en la ciudad de Bukavu (Kivu Sur), y Julienne Nikuze, estudiante de Medicina y activista de la organización en zonas rurales del territorio de Rutshuru, en la provincia de Kivu Norte.

El camino que iniciamos a continuación no va a ser fácil así que vendrá bien empezar con una frase esperanzadora de Grâce: las niñas de hoy poco a poco están empezando a vivir en una sociedad igualitaria, no reconocer esto sería injusto. Pero enseguida la realidad se presenta crudamente:

Aquí no se reconoce el esfuerzo de la mujer, no se toman en cuenta  las horas dedicadas a las tareas del hogar. La situación se ha normalizado, incluso sucede que te encuentras con una mujer para hacerle tomar conciencia de sus derechos y

ella te dice que es su destino y no puede hacer otra cosa, varias mujeres quisieran salir de ese aprieto y retomar sus vidas pero la mayoría dependen de su pareja masculina, estamos en esta sociedad donde a las mujeres no se les ha formado para trabajar y ver más allá del matrimonio, no tienen el mismo derecho que los hombres a acceder a un empleo, a educación para aprender a trabajar o crear empresas y así tomar decisiones sobre sus propias vidas, muchas víctimas por su género. 

Esta es la diferencia que queremos mostrar a la sociedad a través de acciones liderando iniciativas de mujeres, creando negocios que inspiren a otras y den empleo, etc... Con eso podemos ser económicamente independientes y así podrás dar tus opiniones, se tomarán en consideración tus puntos de vista. Esto es lo que aconsejo a las mujeres, trabajemos y ganemos dinero, contribuyamos al desarrollo e impondremos nuestro lugar.

Grâce nos está hablando de una sociedad congoleña profundamente patriarcal pero que, si bien carga por completo sobre las mujeres el trabajo y la responsabilidad de sacar adelante hogares y familias muy numerosas, fomenta los matrimonios precoces y los embarazos no deseados y en la que la violencia de género dentro de la pareja ni siquiera se puede cuantificar y la violencia sexual se esconde en cualquier rincón, también las hace soportar al propio país: el 70% de las personas que trabajan en el campo son mujeres, son ellas las que llevan y venden en los puestos de los mercados los alimentos producidos, las que abren y mantienen pequeños negocios, comercios, las que lavan a mano el mineral que produce la inmensa minería artesanal congoleña o las que, muchas veces, embarazadas incluso, sacan ese mineral, aprovechando su menor tamaño, por los estrechos agujeros excavados en la tierra.

Además, en la RDC, la terrible desigualdad entre hombres y mujeres no es un problema de leyes. Desde la Constitución congoleña y su artículo 14 (Los poderes públicos velan por la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres y garantizan la protección y promoción de sus derechos. (...) Toman medidas para combatir todas las formas de violencia contra las mujeres en la vida pública y privada. etc.) o leyes emanadas de él, como la Ley de 1 de agosto de 2015, relativa a la implementación de los derechos de las mujeres y la paridad, el marco legal respecto a las mujeres congoleñas es tan impecable como irreal.

Las leyes son buenas a estas alturas, hay que popularizarlas, entenderlas y luego aplicarlas y es nuestra responsabilidad, todos los que luchamos por los derechos humanos, particularmente los de las mujeres, nos dice Grâce.

Mwanamke Kesho (Niña hoy, mujer mañana) fue fundada en diciembre de 2019 por una jovencísima Grâce Maroy para formar a las niñas y jóvenes en sus derechos como mujeres porque, si ya casi desde que andan viven en un mundo que marca claramente las diferencias entre niñas y niños, su paso a mujeres no es menos traumático hasta en los cambios físicos más elementales como la menstruación.

El tabú en la República Democrática del Congo sobre la cuestión de la menstruación sigue ahí, mientras que el mundo entero ha evolucionado tanto y ha roto este mito que no contribuye en nada al desarrollo de la joven mujer del mañana; no sólo es delicado hablar del tema en la comunidad sino también es muy complicado acceder a productos de higiene, particularmente en zonas rurales donde por sí solas la tasa de pobreza supera el 70%. Esto se ve reforzado por costumbres y normas sociales preestablecidas. Durante el inicio del curso escolar, las necesidades primarias son preparadas por los padres pero este aspecto de la higiene se olvida por completo, lo que hace  que muchas niñas abandonan las clases durante su período de menstruación, al no disponer de servicios adecuados en los colegios (baños o lugares de intercambio) o ropa interior digna. Este año escolar planeamos apoyar a 10 jóvenes de zonas rurales con posible equipamiento y, si es necesario, construir lugares adecuados para que ninguna falte a clase porque durante la menstruación esperamos poder movilizar más medios para darnos esta idea material, 

explica Grâce y nos recuerda aquel testimonio de una niña relatando cómo durante su menstruación las niñas de su escuela tenían que faltar a clase porque no se les permitía usar los cuartos de baño comunes con los niños porque "los deterioraban". Igualmente, en referencia a acciones de Mwanamke Kheso, recordamos imágenes del reparto que hizo de la ropa interior más básica entre las jóvenes de una aldea que aquí, quizá, podría hacernos sonreír pero que allí libra de la estigmatización y de peligrosas infecciones a muchas mujeres. 

La escuela, el instituto, la universidad es otra dura prueba para las niñas que se están convirtiendo en mujeres. Empezando porque ellas mantienen unos porcentajes menores de escolarización que sus compañeros y siguiendo porque su tasa de abandono es mucho mayor, el trato que reciben también es muy diferente, como explica Julienne Nikuze, actualmente estudiante de Medicina:

Sí percibo un trato diferente al de los estudiantes varones porque los hombres me tratan como incapaz y me toman por una criatura débil que necesita ayuda o protección; lo cual es un juicio erróneo contra mí.

Desgraciadamente, como Julienne comprueba a diario en su trabajo voluntario, se está preparando para lo que vendrá:

Los obstáculos los encuentro casi todos los días, la población a la que ayudo tiene poca confianza en mis capacidades como mujer aún tan joven pero no puedo desanimarme porque esta lucha ha sido una de mis prioridades desde que trabajo con Mwanamke Keshō

Como ya adelantaba Grâce, la lucha por cambiar todo esto entre las propias mujeres se hace muy complicada en la férrea estructura patriarcal congoleña. Así lo explica Julienne, especializada en el trabajo rural de la organización:

La mujer rural de Rutshuru ignora sus propios derechos. Al estar aislada en el campo, los hábitos y costumbres de su entorno no le permiten conocer, proteger o defender sus derechos porque para ellos la mujer es considerada esclava de su marido.

Pero al menos, y esto nos sirve para recuperar un poco el aliento en este recorrido, no en todas partes es igual:

Por otra parte, la mujer de los barrios marginales de Kinshasa, Goma y Bukavu ya conoce algunos de sus derechos y lucha día y noche para que sean respetados. Rebelde e insatisfecha, utiliza diferentes medios (manifestaciones públicas, marchas pacíficas, conferencias, medios, memorandos...) para hacerse oír y conseguir su objetivo: dar a conocer sus derechos y disfrutarlos.

Le hacemos notar a Grâce que hemos observado cómo en muchas de sus actividades para concienciar o formar a jóvenes también participan chicos.

La lucha de las mujeres no podrá triunfar ni alcanzar sus objetivos sin la colaboración o asistencia de los hombres; es cierto que desde hace décadas el hombre ha tomado el liderazgo en el mundo y sabemos donde estamos hoy, en la etapa de concientización de las mujeres, es importante y es hora de marcar la diferencia, necesitamos de todos para reconstruir este mundo. Con la igualdad entre los hombres. y mujeres no nos referimos a menos derechos para los hombres y más para las mujeres, en absoluto. 

Sensibilizar a las jóvenes y mujeres del mañana sobre estos derechos y responsabilidades hacia la sociedad no significa que queramos crear una rebelión de unas contra otros o sacar a unos de su lugar en favor de otras. Por eso hemos apostado por no sólo trabajar con las mujeres más jóvenes sino también involucrar a los más jóvenes en nuestras sesiones y actividades para que entiendan que cada uno tiene su lugar y su aportación a la reconstrucción de un mundo igualitario. Para aprender sobre sus derechos y deberes pero al tiempo que interiorizarlos y hacerlos prácticos en la vida es importante saber que estamos juntas en esta batalla, en ningún caso tomar conciencia de las jóvenes y mujeres del mañana debe ser la fuente de otros conflictos y problemas comunitarios.

Esto nos hace recordar la palabras que leíamos a primeros de agosto de un joven estudiante que había acudido a las sesiones formativas de Mwanamke Kheso: Antes de este programa yo era alguien que no consideraba a las mujeres en la sociedad pero mi participación en el espacio juvenil cambió mi percepción, entendí que junto a las mujeres podemos hacer algo. Hoy me comprometo a hablar de ello con mis amigos y mi familia.

Pero difícilmente los hombres congoleños van a renunciar a tantos privilegios. Le recordamos a Grâce algunas de las muchas historias que hemos leído en la que hombres y jóvenes impiden que las mujeres desarrollen su potencial o conozcan sus derechos: la triste historia de una chica, excelente estudiante, destacada sobre sus compañeros varones y cómo estos no permitieron tenerla por encima hasta conseguir que abandonara sus estudios con todo tipo de presiones o aquel activista que recorría aldeas informando a las mujeres de sus derechos y al que los jefes de aldea advirtieron de que dejara de hacerlo porque si no "no podrían seguir dominándolas".

Sí, algunos hombres han reaccionado de esta manera porque en algún momento se sintieron inseguros o amenazados, de hecho no se entendió bien el enfoque, por eso es muy importante involucrarlos para que entiendan lo que se está haciendo. Ellos son un apoyo importante en la incidencia y sensibilización con otros hombres que aún no lo han entendido, es importante insistir en estos aspectos durante las sensibilizaciones para que cada parte se sienta segura de que lo hemos experimentado y tenemos más hombres en entornos rurales y urbanos y autoridades locales que apoyan plenamente nuestra causa porque habiendo entendido nuestros objetivos, nuestras intervenciones siempre van con el enfoque del hombre como socio y no como oponente.

Difícil tarea la que enfrenta cada día Mwanamke Kheso, que pronto cumplirá cuatro años en los que ha asistido a más de un centenar de mujeres consiguiendo que sean más autónomas económicamente, exigentes con sus líderes y participativas en la vida civil, asumiendo la lucha contra la violencia de género y la discriminación de niñas y mujeres y la defensa del medio ambiente, en cuyo deterioro también se llevan la peor parte. Sus pasos son pequeños pero sus victorias son grandes frente a una sociedad patriarcal y en uno de los entornos más duros del planeta, especialmente, como siempre, para niñas y mujeres. Y quizá todo ello ocurre gracias a lo que la propia Grâce Maroy escribía hace poco:

No lo olvides, tu ejemplo cambia el mundo, no tu opinión. 

Las palabras se van, sólo las acciones dan testimonio.


@CongoActual

Publicada en Crónica Libre el 1 de noviembre de 2023

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