jueves, 19 de junio de 2025

Acuerdo de paz RDC-Ruanda: reflexiones necesarias a tener en cuenta

 

El posible acuerdo de paz que, con mediación de EEUU, tienen previsto firmar la República Democrática del Congo y Ruanda el próximo 27 de junio merece un análisis desde todos los puntos de vista. Los compañeros de Résistant Congolaise nos brindan, de manera clara y concisa, un análisis reposado y realista de cada uno de sus detalles.

RDC-Ruanda: Acuerdo de paz rubricado en Washington, cuya firma está prevista para el 27 de junio.

LOS DETALLES

En un avance diplomático tan audaz como inesperado, la República Democrática del Congo (RDC) y Ruanda rubricaron un acuerdo de paz en Washington, bajo la atenta mirada de mediadores estadounidenses. Tras tres días de intensas negociaciones, este texto, que se firmará oficialmente el 27 de junio de 2025, promete poner fin a décadas de caos en el este del Congo. Pero ¿qué contiene realmente este acuerdo? Entre compromisos ambiciosos y condiciones restrictivas, esta es la historia de una apuesta arriesgada por la paz.

UNA HOJA DE RUTA EN CINCO ACTOS

El acuerdo se basa en cinco pilares fundamentales, diseñados para desactivar un conflicto que ha transformado el Este de la RDC en un campo de batalla permanente. Aquí están deallados:

-FRONTERAS INVIOLABLES, HOSTILIDADES PROHIBIDAS

La RDC y Ruanda se comprometen a respetar sus fronteras y a prohibir toda forma de agresión militar. No más incursiones transfronterizas ni acusaciones cruzadas, al menos en teoría. Este compromiso es una respuesta directa a las tensiones alimentadas por la injerencia ruandesa, en particular a través del grupo rebelde M23.

-DESARME Y REINTEGRACIÓN: EL ESPINOSO CASO DEL M23

El acuerdo exige la retirada y el desarme de los grupos armados no estatales, con especial atención al M23. Para Kinshasa, es un grupo terrorista que debe ser aplastado; para Kigali, un actor que debe ser integrado. ¿El compromiso? La reintegración condicional a un diálogo nacional, una apuesta arriesgada que podría sofocar la violencia o reavivar las llamas.

-SEGURIDAD DE LA MANO

Se establecerá un mecanismo conjunto de coordinación de seguridad, basado en el Concepto de Operaciones de Luanda (CONOPS), firmado en 2024. El objetivo: permitir que la RDC y Ruanda vigilen conjuntamente sus fronteras y garanticen el cumplimiento del acuerdo. Esta cooperación sin precedentes requerirá un nivel de confianza aún frágil.

-PUERTAS ABIERTAS PARA REFUGIADOS Y AYUDA

Cientos de miles de desplazados podrán regresar a sus hogares, y las ONG humanitarias tendrán un acceso más fácil a la región. Un soplo de aire fresco para una población atormentada por años de guerra, pero la logística será colosal.

-MINERALES Y DÓLARES: EL PUNTO DE INFLEXIÓN ECONÓMICO

El acuerdo pone gran énfasis en la integración económica regional. El cobalto, el litio y otros recursos congoleños transitarán por Ruanda para su refinamiento y exportación, con la inversión occidental a la vista. Una ventaja para atraer miles de millones de dólares y contrarrestar la influencia china.

LÍNEAS ROJAS QUE NO SE DEBEN CRUZAR

Este acuerdo no es solo una ilusión. Impone condiciones draconianas que podrían determinar su éxito o fracaso incluso antes de la firma del 27 de junio:

-FUERA LAS TROPAS RUANDESAS DE LA RDC

Washington exige la retirada completa de las fuerzas ruandesas del Este del Congo: entre 7.000 y 12.000 soldados, según estimaciones estadounidenses. Este punto sigue siendo un ultimátum innegociable.

-CAZA DE LAS FDLR

Las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), remanente del genocidio de 1994, deben ser neutralizadas mediante una acción conjunta. Para Ruanda, esto es una prioridad absoluta; para la RDC, una tarea compleja en un territorio minado por milicias.

-FIN DEL ESTADO DE SITIO

El estado de sitio en Kivu del Norte e Ituri, vigente desde 2021, debe levantarse para restablecer el gobierno civil. Un símbolo poderoso, pero un desafío para Kinshasa ante la persistente inseguridad.

-JUGADORES EN LA ARENA

Tras este texto, se agitan fuerzas geopolíticas. Estados Unidos, bajo el liderazgo de la administración Trump, lidera el camino, atraído por los  minerales estratégicos y decidido a frenar a Pekín. Qatar, un discreto facilitador, desempeña el papel de intermediario, especialmente con el M23. Del lado africano, Félix Tshisekedi exige la salida de las tropas ruandesas, mientras que Paul Kagame condiciona todo a la eliminación de las FDLR. Un tablero de ajedrez tenso, donde cada peón cuenta.

-SOMBRAS EN LA MESA

El optimismo de los diplomáticos choca con la brutal realidad. La desconfianza entre Kinshasa y Kigali, forjada por décadas de resentimiento, es un veneno lento. El estatus del M23 aún divide: terroristas para algunos, socios para otros.

-LA CUENTA ATRÁS HA COMENZADO

El 27 de junio de 2025, los ministros sellarán este acuerdo, o lo romperán. Si se mantiene, podría celebrarse una cumbre Tshisekedi-Kagame en julio. Pero la verdadera batalla comenzará después: retirar las tropas, desarmar a las milicias y lograr que la cooperación funcione. Como declaró un diplomático a Reuters: “Es ambicioso, pero frágil. Todo depende de la voluntad y la presión internacionales”.

Para el Este de la República Democrática del Congo, devastado por la guerra, este acuerdo es un rayo de esperanza. Queda por ver si perdurará o se desvanecerá bajo el peso de viejos odios.


Résistant Congolaise


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