Como es conocido, la ofensiva del grupo M-23 ha desencadenado una crisis humanitaria en la provincia congoleña de Kivu Norte que afecta a cientos de miles de personas que se hacinan en campos de desplazados. Países y organismos como los propios EEUU, la ONU o la Unión Europea reconocen el completo apoyo que Ruanda ofrece a este grupo armado e, incluso, la participación activa en los combates de fuerzas ruandesas que penetran en suelo congoleño. Si bien esta inestabilidad en el Este de la RDC parece asumible para la comunidad internacional, que se beneficia de ella, el estallido de una guerra de proporciones impredecibles que ponga en riesgo el suministro de minerales estratégicos parece haber obligado a EEUU a tratar de que ambos países -agresor y agredido- solucionen el conflicto mediante el diálogo. En un paso más hacia esa "pacificación", la embajadora norteamericana, Lacy Tamlin, en su visita del pasado viernes a la casi sitiada ciudad de Goma manifestó: “Detuvimos la asistencia militar a Ruanda. Estados Unidos no apoya al ejército ruandés, no les proporcionamos armas ni equipos”.
De inmediato, diferentes voces congoleñas la acusaron de mentir,
asegurando que EEUU seguía asistiendo militarmente a Ruanda a través de su socio en la OTAN, Polonia. ¿Puede ser cierta esta argucia para obligar a la RDC a sentarse a negociar con una Ruanda poderosamente armada?El pasado 7 de febrero, durante la visita a Ruanda del presidente polaco Andrzej Duda, ambos países firmaron varios acuerdos, uno de ellos en materia de defensa, según la Agencia de Prensa Africana, si bien en un vistazo a lo publicado por medios polacos y ruandeses se hablaba principalmente de acuerdos sobre nuevas tecnologías y protección del medio ambiente.
Dos días después, el Ministerio de asuntos exteriores congoleño denunciaba estos acuerdos: “Es evidente que esta actitud lleva a creer que Polonia se ha aliado con Ruanda en su agresión contra la República Democrática del Congo, cuyas tropas cometen impunemente actos de atrocidades en territorio congoleño”, publicaba la Agencia Congoleña de Prensa. Se denunciaba también el doble juego de Polonia, que se había unido a la RDC en su condena del apoyo ruandés al M-23 durante la Asamblea de la ONU.
En el transcurso de la visita oficial polaca también se firmó un acuerdo entre las empresas de ambos países, SatRev y Locus Dynamics, para "el diseño, producción y operación de microsatélites y sensores apropiados de alta resolución para diversas aplicaciones", según se leía en el medio polaco Space24.
Pocos días después de la firma de los acuerdos entre Ruanda y Polonia se conocía la compra reciente por parte del país africano de sistemas de defensa anti-drones SKYctrl y FIELDctrl, fabricados por la empresa polaca Advanced Protection Systems (APS) que ya en 2022 vendiera por primera en África estos sistemas de defensa, en concreto a Costa de Marfil.
Todo ello deja abierta una fundada sospecha de que la embajadora norteamericana en la RDC, sin mentir, no había dicho toda la verdad.
@CongoActual
Publicado en loquesomos.org el 27 de febrero de 2024
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