Si antes los combates
armados se libraban en el frente, hoy en día las redes sociales se han
convertido en un verdadero campo de batalla paralelo. Sin bombas, fusiles ni
machetes, las redes sociales permiten ahora a los actores antidemocráticos
manipular la opinión, difundir rumores, acosar y demonizar a los activistas,
periodistas e investigadores que no comparten sus relatos.
Sobre este tema, el
conflicto actual en el Congo ofrece un ejemplo contundente sobre la naturaleza
y la abundancia de desinformación en línea, así como sobre las estrategias que
pueden adoptar los militantes de la paz para hacerle frente.
El uso fraudulento del lenguaje de los activistas
Desde el resurgimiento de la rebelión M23, respaldado por Ruanda,
personas y organizaciones que denuncian pacíficamente los crímenes cometidos
por grupos armados y exigen justicia han sufrido violencia organizada en línea.
Desde artistas que cantan por la paz en el Congo hasta organizaciones
activistas pacíficas como LUCHA, e incluso investigadores que trabajan sobre el
Congo, como los de las Naciones Unidas, las voces de paz se equiparan con la
"negación del genocidio tutsi", el "discurso de odio contra los
tutsis" o incluso la "lealtad a los genocidas hutus".
Denis Mukwege, figura
emblemática de la lucha por la paz y la justicia en el Congo, es uno de los
principales objetivos de estas campañas de difamación y manipulación en línea.
Galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 2018 por la atención que presta a
las mujeres víctimas de violencia sexual durante la guerra, este ginecólogo
congoleño lleva varios años abogando por la creación de un tribunal penal
internacional en el Congo para romper el ciclo de impunidad que se beneficia de
los señores de la guerra. Denis Mukwege es frecuentemente acusado en X de
"propagar el odio contra los tutsis" o de "apoyar a los
milicianos de las FDLR".
Este ejemplo ilustra una de las muchas maneras en la que los actores
violentos se apropian de posturas típicamente adoptadas por activistas
pacíficos, a saber, la denuncia del odio y el genocidio. Sin embargo, no todos
los usos de la denuncia son iguales: entre los activistas por la democracia, la
justicia y la paz, encontramos usos dirigidos a reducir el odio y el genocidio.
Irónicamente, entre otros actores, estos usos buscan incitar al odio y al
genocidio. Al adoptar estas posturas, los actores violentos utilizan el propio
lenguaje de los activistas como arma de represión. Si bien esta
instrumentalización de las redes sugiere que nuestras herramientas de protesta
y persuasión tienen un impacto, nuestros movimientos deben, no obstante,
considerar ciertas estrategias para abordar el problema (véase más adelante).
Desinformación a gran escala
La desinformación digital es un fenómeno generalizado en varios
conflictos armados y estados. En muchos países, los manifestantes que denuncian
los crímenes israelíes en Gaza son acusados de antisemitismo. Este es el
caso, en particular, de la activista sueca Greta Thunberg, quien fue tildada de antisemita por pedir un alto el fuego en Oriente Medio durante una marcha
medioambiental en noviembre de 2023.
Las campañas de
desinformación en línea polarizan el debate público y alimentan el odio
colectivo. Peor aún, pueden resultar fatales para quienes son su objetivo. El
movimiento ciudadano no violento LUCHA (Lutte pour le Changement), víctima de demonización
permanente en las redes sociales por su compromiso pacífico con la paz, pagó el
precio final. El 12 de febrero de 2025, Byamungu Katema Pierre, miembro de
LUCHA, fue asesinado por los rebeldes del M23. En X, los miembros del M23
presentaron rápidamente a la víctima como un miliciano muerto en combate, con
el arma en la mano. Un informe de Human Rights Watch reveló que la víctima
había sido obligada, junto con otros cuatro activistas, a transportar los
cadáveres de los rebeldes antes de ser asesinados por su compromiso pacífico
con la paz.
Frente
a la demonización, permanecer pacíficos, dignos y de pie
Es importante continuar la lucha, siempre fieles a la disciplina no
violenta. Es cierto que en Gaza, bajo los bombardeos israelíes, o en Goma,
donde cualquier crítica conlleva el riesgo de una bala en la cabeza, la lucha
no violenta puede parecer totalmente ineficaz o peligrosa. Sin embargo, es
precisamente lo que se debe hacer para combatir la desinformación en línea. Si
nuestros opresores utilizan métodos no violentos para acusarnos de ser lo que
ellos son —violentos—, es sin duda prueba de que este medio de lucha es más
poderoso de lo que imaginamos. No retrocedamos, no abandonemos nuestro método
de lucha no violenta.
Por otro lado, hacer frente
a la desinformación en línea exige una comunicación clara y sin ambigüedades.
Probablemente no detendrá la campaña de difamación y demonización. Sin embargo,
una comunicación clara sobre la elección de la acción no violenta permitirá que
las personas de buena fe no caigan en la manipulación inconsciente.
Por último, hay que evitar la autocensura. Al llevar a cabo una campaña masiva de difamación en las redes sociales, los actores armados buscan hacernos daño, sobre todo cuando nuestras palabras no les resultan cómodas. Lo que buscan es que abdiquemos.
Trabajar por la paz en un entorno hiperconectado plantea nuevos
desafíos. La lucha no violenta genera inquietud entre nuestros adversarios
violentos, quienes cuentan con menos ventajas estratégicas en este tipo de
campo de batalla.
En última instancia, es nuestra interacción en las redes sociales lo que
otorga relevancia e influencia a estas herramientas. Las redes sociales pueden
utilizarse para fortalecer y amplificar eficazmente el poder ciudadano. Pero
cuando nuestros opresores instrumentalizan estas herramientas para promover sus
agendas de violencia y odio, con graves consecuencias para nuestros
movimientos, debemos reconsiderar nuestro comportamiento en línea, así como las
empresas que apoyamos, en relación con quienes consideramos cómplices de la
violencia.
Steward Muhindo Kalyamughuma
Steward Muhindo Kalyamughuma es un activista congoleño del movimiento
ciudadano no violento y apartidista LUCHA (Lutte Pour Le Changement) e investigador
sobre derechos humanos y conflictos armados en el Centro de Investigación sobre
el Medio Ambiente, la Democracia y los Derechos Humanos (CREDDHO).
Enlace al original en francés
Las imágenes han sido facilitadas por el autor




No hay comentarios:
Publicar un comentario