La misión de la ONU en la República Democrática del Congo (RDC) con sus cascos azules lleva veinticinco años en suelo congoleño (primero como MONUC, ahora como MONUSCO), es la mas importante de todas, con 14.000 soldados -más policías, observadores militares, personal civil- y supone un gasto anual de más de 1.100 millones de dólares. Muchos congoleños desean su salida, ante lo que consideran una completa falta de resultados pero cubre un hueco difícil de suplir por el Ejército congoleño y el propio gobierno.
Pero, al margen de ello, el papel de los cascos azules en la RDC tiene un lado tan oscuro como vergonzoso que suma abusos sexuales, venta de armas, contrabando...