La historia
En 1996 la oposición armada a la dictadura de Mobutu invadió lo que entonces se llamaba Zaire -hoy República Democrática del Congo, RDC- con el apoyo del nuevo régimen ruandés tutsi. Uno de los líderes de esa alianza, la AFDL, Laurent Kabila, que a la postre sería el nuevo líder del país, concedió permisos de explotaciones mineras -incluso sin tenerlas en su poder- tanto para pagar los apoyos de los países que lo ayudaron como para financiar los retos a que se enfrentaba una vez en el poder. Una de ellas fue la Concesión 40, situada en Mongbwalu, en la provincia de Ituri, en el noreste congoleño y que albergaba grandes reservas de oro.
En 2001 la empresa sudafricana Ashanti Goldfields, predecesora de AGA, disponía de más de 8.000 kms. cuadrados de concesión. Para finales de 2003, tras dos terribles guerras y millones de muertos, alcanzada formalmente la paz, Ashanti estaba lista para comenzar a explotar la mina de oro concedida por el gobierno... Pero había un problema muy grande: que el gobierno no controlaba esa zona -como ocurría con otras zonas y sigue ocurriendo ahora- y el poder, de facto, estaba en manos de la milicia del Frente Nacionalista e Integracionista, FNI, grupo armado de la etnia lendu que, tras arrebatarle el territorio a la UPC, de etnia hema y con la que mantenía una lucha sangrienta, controlaba el territorio, el aeropuerto, las carreteras, sin que nada ni nadie se pudiera mover sin su permiso y sin pagar por ello.
Ante esta situación, Ashanti tenía dos opciones: abandonar o retrasar su explotación de la concesión minera... o llegar a un acuerdo con el FNI, mirando hacia otro lado sobre